Regulación de criptomonedas – Análisis
En las líneas que vas a poder leer a continuación profundizaremos sobre el creciente uso de las criptomonedas, en su futuro impacto y sobre la posibilidad de regular y controlar las criptomonedas.
El debate sobre la regulación y el control de las criptomonedas está al orden del día. Ahora veamos unos pros y contras acerca de todo este polémico asunto.
Pros y contras
La polémica sobre la legalidad y regulación está más que servida. Algunas personas opinan que las criptomonedas tienen una gran desventaja debido a su falta de regulación y control. La Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España publicaron de manera conjunta un comunicado en el que advertían sobre los riesgos que tiene la adquisición de este tipo de criptodivisas, que escapan de la regulación y no garantizan la protección del inversor. Del mismo modo, muchas empresas y entidades bancarias se han posicionado en esa misma línea.
Aunque también tenemos la posición contraria, podemos encontrar actores que ensalzan la descentralización y el anonimato que otorga la famosa tecnología de cadena de bloques. Además, algunos bancos animan a invertir en este tipo de activos e incluso tienen una iniciativa propia de lanzar su propia criptomoneda. No obstante, no podemos afirmar que tenga sentido que la banca lance su propia moneda virtual.
Mayor control por parte de los usuarios
La diversificación de proyectos que podemos encontrar que están hechos sobre la cadena de bloques no tiene fin, eso provoca que proliferen gran cantidad de monedas virtuales encriptadas (tokens) de usos muy variados. Por lo que se vislumbra, que la era en la que exista un token para cada tipo de intercambio, en el que el valor y la vida de cada una dependan del mainstream (el uso que le demos) empieza a cobrar sentido.
El problema surge en el momento en que queremos regular todo este sistema. Los estados en un mundo globalizado no pueden operar a escala individual, compiten entre ellos intentando atraer a las grandes compañías e intentan mejorar las condiciones que se ofrecen. Sin embargo, en sistemas como Blockchain donde el control recae en los usuarios el estado hace que nos convirtamos en su objetivo.
Para poder regular cada una de las transacciones los estados deben ganarse la confianza de los ciudadanos, no demonizar las criptomonedas, sino velar por ellas. Haciendo que las personas quieran contribuir de forma voluntaria. Es necesario buscar un sistema regulatorio equilibrado que permita que declaremos nuestros bienes sin que lleguemos a perder el control sobre ellos. Por lo tanto, podemos decir que los estados tienen que dar un giro de 180 grados a la visión que tienen acerca de esta tecnología, no verla como un rival sino como un amigo más.
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