ADA: la revolución de las criptomonedas de Cardano

Aun a pesar de cuantas criptomonedas han surgido e irán surgiendo en el futuro, apuestas como ADA de Cardano son toda una revolución en el sector. Basándose en la premisa de democratizar el acceso a la banca, pero de forma descentralizada, su filosofía persigue también optimizar el mismo ecosistema criptográfico. Por ahora, con una predicción de su precio promedio en sólo $0’086.  

El futuro de las criptomonedas

Las criptomonedas siguen suponiendo un enormísimo cambio en nuestro modo de entender cómo funciona y funcionarán las operaciones financieras en el futuro. Bajo un sistema centrado en la nube y la participación de los mismos usuarios en el proceso, la moneda digital tiene como objeto eliminar intermediarios para que toda transferencia devenga en un trámite más limpio entre emisor y receptor. Tal es la revolución que, en una continua metamorfosis que persigue a conciencia el perfeccionamiento y la innovación, cada vez aparecen más criptomonedas en el mercado. Dejando atrás los imperios de Bitcoin o Ripple y surgiendo grandes apuestas como ADA.

Según reportan expertos como Cardaniers, el precio futuro de Cardano, plataforma que emplea la criptomoneda ADA para transacciones inteligentes de código abierto, podría aumentar gradualmente hasta alcanzar un promedio de $0’086. Esto es debido, en esencia, a que el objetivo de Cardano no es sólo democratizar el uso de las criptomonedas abaratando su precio, sino que, además, tiene como objeto agilizar e incrementar el flujo de transacciones. Toda una declaración de principios para una criptomoneda que, manteniendo su agradecida descentralización, ha conseguido capitalizar en el mercado hasta 33.000 millones de dólares.

La asequibilidad como premisa

La importancia de los pasos de Cardano, una clara influencia para las criptomonedas que puedan emerger en el futuro, dignifican todavía más la razón de la existencia de este método de pago. Como tal, las también llamadas criptodivisas están enfocadas a la creación de un sistema de pago seguro desvinculándose de bancos o instituciones que, como se ha mencionado, sean intermediarios de las transacciones. Aun sin existir de forma física, son también una buena inversión para muchas personas que, ojo avizor, saben que el incremento de su valor en el mercado puede conllevar grandes beneficios. Aunque, en ciertos casos, un valor mayor implica menos asequibilidad.

En ese sentido, los precios de algunas de las criptomonedas más populares se han ido disparando y menguando a lo largo de los años. Siguiendo una estrategia básica, es preciso en este caso invertir cuando el precio es bajo, pero augurando con certeza y un buen análisis una revalorización que nos beneficie. Justamente, es en este punto donde comprar Cardano aparece en nuestras expectativas como una suculenta apuesta, dado que su precio actual no dista demasiado del bolsillo medio de la población y, por ello, su adquisición es mucho más rentable. Pero ADA de Cardano esconde muchísimo más tras su filosofía.

La filosofía de Cardano

Acuñada por Jeremy Wood y Charles Hoskinson, quien fue a su tiempo cofundador de la criptomoneda Ethereum, en sus palabras, ADA se basa en una filosofía científica y se centra en la investigación. Es decir, que por sí misma, accediendo ya al sistema criptográfico y perteneciendo a la tercera generación de criptomonedas, su función se dirige también a solventar cuestiones de interoperabilidad, sostenibilidad y escalabilidad. Motivo por el que ya su blockchain, el registro de nodos en cadena en la red que permite a los usuarios acceso a información y verificar las transacciones, funciona de un modo distinto al que acostumbran el resto de criptomonedas.

Así, el blockchain de Cardano, según especifica Cardaniers, opera mediante dos tipos de capas para asegurar las transacciones de criptomonedas. Por una parte, existe la capa de liquidación, cuya función es la de permitir el envío y recepción de ADA entre usuarios, a la vez que admite pequeñas modificaciones pudiendo adaptarse a las leyes y regulaciones de cada país. Y, por otra parte, la capa de cómputo, cuyo objetivo es la creación y el cumplimiento de contratos inteligentes y que, por una cuestión de seguridad, libera los fondos tan pronto como se cumpla el contrato. Además, siguiendo en todo el proceso una mayor democratización de los llamados “mineros”.

Buscando la mayoría honesta

En la nomenclatura propia del sector de las criptomonedas, los mineros son aquellos usuarios que, durante un procedimiento llamado Proof of Work (prueba de trabajo), se dedican a verificar las transacciones criptográficas recibiendo por dicha tarea una recompensa en monedas digitales. Dado que son muchos los usuarios que optan por esta responsabilidad, la obtención de recompensas resulta más difícil y, a su vez, con tantos usuarios conectados a la red, el consumo de energía es mucho mayor. Sin embargo, ADA se ha creado de tal modo que permite eliminar la prueba de trabajo cambiando ya el término “minero” por “validador”.

En Cardano, los validadores son quienes se encargan de verificar las transacciones a través de unos pasos llamados ahora Proof of Stake (prueba de participación). Para ello, deben congelar sus monedas ADA, proceso conocido como “apuesta” y que, cuanto más alta sea, más ADA adicionales recibirá por su participación. Requiriendo menos consumo energético, y bajo un protocolo propio llamado Ourboros, el objetivo es el de, según argumentan sus fundadores, dar cabida a una “mayoría honesta”. Es decir, ser recompensados por verificar transacciones con toda transparencia y prácticamente la misma igualdad de oportunidades.

Como resumen, la filosofía de Cardano quiere no sólo democratizar la recompensación por mantener el sistema seguro y fiable, sino que, además, pretende incentivar y promover el acceso a criptomonedas a todo tipo de personas alrededor del mundo. Especialmente, centrándose en aquellos países con dificultades de acceso a la banca, estimando así un baremo de al menos 3.000 millones de personas que podrían beneficiarse de ADA. Al fin y al cabo, un impulso más de la tecnología tratando de hacer de la igualdad, en términos bancarios, una absoluta realidad.